Voz y alma de la novela: profesora española, mujer de nuestro tiempo, madre de dos hijos, luchadora, profesional y centro de una familia estable hasta que, de manera imprevista, todo a su alrededor se desmorona. En busca de su recomposición emocional, decide poner distancia y aceptar un proyecto académico que la trasladará a la universidad californiana de Santa Cecilia. A medida que avanza en su propio proceso de reconstrucción y en la aceptación de su nueva realidad, Blanca se verá implicada en un cúmulo de afectos e intrigas que le abrirán puertas a un pasado con ramificaciones presentes que nunca pudo sospechar.
Hijo de un minero analfabeto y una humilde sirvienta, Andrés Fontana accede a sus estudios universitarios en los años treinta del siglo XX gracias a un apoyo económico inesperado. La Guerra Civil le forzará a desarrollar su carrera como profesor de literatura española en Estados Unidos, integrando el colectivo de hispanistas en el exilio que llenaron las universidades americanas en aquellos días. Muerto en California a finales de los años sesenta, la recomposición de su legado es la tarea que Blanca asumirá durante su estancia en Santa Cecilia.
Impulsivo y vital, la influencia de su profesor Andrés Fontana le adentrará en las letras españolas hasta el punto de hacer de ellas su pasión y su profesión. Visitará la España de finales de los cincuenta a fin de documentarse sobre Ramón J. Sender para escribir sobre el novelista aragonés su tesis doctoral, sin anticipar que ese viaje iniciático alterará su vida de manera irreversible para siempre. Blanca conocerá a Daniel años después en Santa Cecilia, convertido ya en un profesor maduro y atractivo con un turbio pasado y algunas deudas pendientes que, en principio, él prefiere no sacar a luz.