Maria Dueñas

María Dueñas achaca su éxito internacional a escribir «historias universales» 1 octubre

  Archivo. Imagen de la escritora española María Dueñas.

Archivo. Imagen de la escritora española María Dueñas. EFE

 

La escritora española María Dueñas, que presentó hoy en Río de Janeiro la versión en portugués de su última novela, "La templanza", cree que el éxito internacional de sus libros obedece a que tratan de "historias universales" que hablan de las "pasiones humanas".

"Yo no tengo la fórmula mágica", afirmó Dueñas, que se encuentra en Brasil en el marco de una gira mundial para promocionar su novela, al ser preguntada en una entrevista con Efe por el secreto de su éxito.

La escritora, nacida en Puertollano (Ciudad Real) en 1964, dijo ser consciente de la razón de la aceptación de sus novelas a partir de lo que le transmiten sus lectores, quienes destacan la importancia de sus "tramas ágiles y envolventes", de sus personajes "con grandes cargas de humanidad" y de la elección de unos escenarios "atractivos".

En "La templanza", lanzada por la editorial Planeta en marzo con una tirada de 500.000 ejemplares para España y Latinoamérica y que en portugués lleva el título de "Destino: La templanza", Dueñas aborda la historia de Mauro Larrea, un español que consigue rehacer su vida tras recorrer las calles de la capital de México, de La Habana colonial y de una Jerez de la Frontera (España) en pleno apogeo.

"Me gusta construir personajes que superen adversidades; que cuando la vida los golpee y los tumbe tengan el coraje y la voluntad necesarias para, con dolor, por supuesto, ponerse otra vez en pie y buscar nuevas perspectivas", señaló la novelista.

Dueñas negó que al escribir su novela tuviera en mente la crisis que ha obligado a miles de españoles a emigrar en los últimos años.

Si bien comentó que, a posteriori, sí ha podido apreciar ciertos "paralelismos" entre esta situación y la historia del personaje principal de su última novela, ya que a lo largo de la historia existe "una necesidad recurrente de salir de la zona de confort para sobrevivir".

Sin embargo, Dueñas, que durante 20 años se dedicó a la docencia, lo que le llevó a trabajar para diversas universidades estadounidenses, dijo no creer que esta experiencia migratoria tenga por qué ser triste, ya que puede resultar "un episodio formador, rico y estimulante".

Con más de cinco millones de ejemplares vendidos y con sus obras traducidas a 35 idiomas, la escritora, cuyo éxito le llegó en plena crisis, con la publicación de su primera novela, "El tiempo entre costuras", no quiere ponerse como un ejemplo de superación de la adversidad en tiempos de crisis.

Pero sí considera que su último libro "puede ser un ejemplo de que no hay que tirar la toalla".

Lo que no se puede hacer es "dejarse llevar por la corriente", ya que, a veces, las situaciones negativas "tienen que servir para echarle más valor a la vida", destacó.

La escritora, que visitará en las próximas semanas Japón, Chile, Uruguay y México en gira de promoción, afirmó que debido a su "pasado académico" tiene una "tendencia al rigor", fruto de una minuciosa investigación, que se plasma en sus libros.

Este trabajo de zambullirse en "periódicos, planos e imágenes" del pasado, que le lleva "unos cuantos meses para cada novela", le resulta "fascinante".

Y es que, más allá de los grandes hechos históricos, a Dueñas le interesan "la cosas pequeñitas", que le permiten transmitir las costumbres, la arquitectura, los ruidos y los olores sobre las que escribe, pero siempre teniendo cuidado de no caer en el exceso.

"No hay nada más tedioso que una novela en la que el autor nos quiere dar una clase magistral sobre cuánto sabe", sentenció Dueñas.

Sobre una posible adaptación a la pantalla de su última novela, después del enorme éxito que supuso la versión televisiva de "El tiempo entre costuras", la escritora confirmó que, si bien "de momento no hay ningún proyecto definitivo", podría ser una posibilidad ya que es una historia que "se presta" a ello.

La promoción en Brasil de "La templanza" le llevará a visitar en los próximos días las ciudades de Sao Paulo y Curitiba, donde protagonizará diversos eventos y charlas con lectores y representantes del sector literario.

Noticia publicada en: TVN.com
María Dueñas: «Mientras escribo vivo en una burbuja, me cuesta seguir con la vida cotidiana» 9 septiembre

Después de la afamada ‘El tiem­po entre costuras’ y ‘Misión olvido’, la escritora y doctora en filología inglesa María Due­ñas (Puertollano, 1964) publica su tercera novela, ‘La templanza’, con la que vuelve a colocarse en la cúspide de las listas de ventas. Esta vez lo hace de la mano de Mauro Larrea, un minero arruinado con el que viajará de México D.F. a La Habana, y acabará, por ca­pricho del azar, en tierra de vinos: Jerez de la Frontera.

¿Cómo valora la acogida de su nueva novela, ‘La templanza’?

Por fortuna ha tenido una acogida magnífica. Es número uno en las listas de libros más vendi­dos prácticamente desde su salida, fue el libro en español más vendido en Sant Jordi, enca­beza las ventas prácticamente en toda América Latina… La respuesta de los lectores, los me­dios y la crítica ha sido muy positiva, me siento enormemente agradecida.

La novela se ambienta en México D.F., La Habana y Jerez de la Frontera. Cuando viaja a otras épocas, ¿en qué se inspira para re­crear todos esos sonidos, olores, sabores y sentidos?

El proceso de documentación es fundamental: necesito que mis ficciones se asienten sobre pilares sólidos que proporcionen un trasfon­do ambiental de verosimilitud. No sólo me interesa el momento histórico en sí, también todo lo que implica: cómo se vivía, se vestía, se hablaba, se comía… Para ello recurro a todo tipo de fuentes, desde las más académicas y ortodoxas, a prensa de la época, antiguas imá­genes, literatura del momento, memorias, bio­grafías… Lleva tiempo hacerlo, sí, pero es un trabajo fascinante.

¿Conoce a fondo los tres escenarios que ha elegido?

Sí, los conocía de antes, y he vuelto a ellos durante el proceso de escritura. Mi intención inicial fue retornar a ese Jerez espléndido de medianos del siglo XIX lleno de prósperas bo­degas y con un bullente comercio internacional centrado sobre todo en la distribución del she­rry en Inglaterra. Algunas bodegas fueron esta­blecidas con capitales de retorno: el dinero de los indianos que retornaban a la madre patria dispuestos a invertir en negocios prometedo­res. Algunos levantaron su riqueza en las minas de la plata mexicana, y ése fue el perfil que ele­gí para mi protagonista, Mauro Larrea, sólo que le di una vuelta de tuerca y creé un personaje que conserva la facha y el talante de un acau­dalado triunfador, pero que arrastra una debacle financiera que se esfuerza por esconder. Dotar a este hombre de un pasado es lo que me lleva a México –donde se arruina– y después a Cuba –donde se intenta recomponer–. Desde allí, por una serie de carambolas inesperadas, cruzará el océano para llegar a Jerez.

A pesar de los cambios de escenario y la ac­ción, la novela tiene un ritmo calmado. ¿La buena escritura precisa siempre mucho deta­lle, o no es condición necesaria?

Creo que no hay requisitos imprescindibles ni condiciones insalvables para la buena literatura.

A los lectores les absorbe tremendamente la novela, ¿le pasaba lo mismo al escribirla?

Mientras escribo, a menudo vivo aislada en una burbuja, en un universo distante en el que con­vivo día y noche con mis tramas y mis persona­jes. A veces resulta difícil desengancharme de ellos y proseguir con la vida cotidiana como si no existieran.

Aunque hace ficción, suele trabajar con rigor histórico. ¿Nunca se consiente algún ‘desliz’ documental?

Intento ser lo más rigurosa posible, aunque oca­sionalmente, si la trama lo requiere, puedo con­cederme alguna pequeña licencia.

Cuenta que no dejó leer la novela a nadie has­ta tener casi la totalidad escrita. ¿Temía que le influyese una mirada externa?

No, tan sólo pretendía minimizar mi exposición ante los ojos de los demás. Escribía ‘La templan­za’ en paralelo al éxito en televisión de la serie basada en ‘El tiempo entre costuras’, y durante un tiempo pensé que estaba demasiado a la vis­ta, demasiado volcada al exterior. Decidí refu­giarme en mi nuevo libro.

Se ha convertido en una narradora solvente, ¿suele reescribir mucho, o cree en la frescura inicial, con pequeñas correcciones puntuales?

Trabajo bastante sobre seguro, con una planifi­cación previamente estructurada. Corrijo, pero tiro muy poco de lo que escribo; suele tratarse de correcciones más de forma que de fondo.

Ha confesado que mientras escribía la novela escuchó mucha música para inspirarse, desde rancheras a flamenco. ¿Qué piezas?

Creo que lo que más veces oí fue ‘La paloma’, de Iradier, una hermosa habanera con mil ver­siones distintas.

En un momento importante de este libro, el siguiente destino del protagonista lo decide el azar. En las novelas, ¿cree más en la casua­lidad, o en la causalidad? ¿Y en la vida?

En mis novelas hay muy poca casualidad, casi todo sigue una planificación. En la vida hay de todo, aunque creo que la determinación y la vo­luntad juegan un papel fundamental.

Si encuentra alguna crítica negativa de sus novelas, ¿la toma muy en cuenta o no le da importancia?

Depende de dónde y de quién proceda; de la intención con la que se realiza.

Antes de publicar por primera vez, ¿llegó a plantearse abandonar ‘El tiempo entre costu­ras’ en el cajón, y no seguir adelante?

No, jamás. Había invertido en ella dos años de mi vida, no tenía ninguna intención de lanzar ese trabajo por la borda.

¿Su versión televisiva se ajustó a lo que ima­ginó, o en su cabeza permanece otra imagen de la novela?

Creo que la adaptación fue muy solvente y res­petuosa con la novela.

Mientras se encuentra inmersa en la promo­ción de la novela, ¿le da tiempo a leer otras obras?

Sí, claro. Forma parte de mi vida, no es cues­tión de tiempo. Estoy terminado ‘El metal y la escoria’, del escritor mexicano Gonzalo Celorio (Tusquets).

Noticia publicada en: ClubVidaBuena.es
María Dueñas, escritora española: «Me gusta la idea de gente en movimiento» 27 agosto

A María Dueñas se le conoce por Sira Quiroga, una costurera que migra de España a Tetuán, en África, cuando va a estallar la Guerra Civil Española y es el personaje principal de la novela El tiempo entre costuras.

También podría reconocérsele por Blanca Perea, una profesora cuya misión es catalogar el legado del hispanista Andrés Fontana. Para ello, se va a California, Estados Unidos, y así protagoniza el libro Misión olvido.

De Mauro Larrea, un acaudalado minero que ve desaparecer su fortuna lograda en México por un “mal negocio” y quien migra a La Habana (Cuba) para terminar en Jerez (España), es quizá el nombre con que se relaciona ahora a Dueñas, ya que La templanza es su tercera novela con aires históricos.

De hecho, Larrea fue quien trajo a Dueñas a Costa Rica, donde la escritora presentó el libro y departió con lectores con motivo del vigésimo aniversario de la Librería Internacional.

Este es un extracto de la conversación que mantuvo Dueñas con La Nación :

¿Permite la literatura acercar a la gente a la historia?

En parte sí. Fíjate que no me gusta etiquetar mis novelas como históricas porque me parece restrictivo, pero es cierto que cuando emplazas una ficción en un contexto geográfico y temporal, necesariamente hay un trasfondo histórico que conviene que permee. Al final, los comportamientos y actitudes vienen condicionados por esos momentos históricos.

”A mí sí que me gusta hacer una pequeña labor pedagógica contando cosas de esos momentos históricos. No me interesa tanto la gran historia en términos de fechas y cifras, pero sí me interesan esas pequeñas cosas vinculadas a ese momento: qué comían, cómo se vestían, cuáles eran las normas sociales, cómo se iluminaban las casas. Al final, también son datos históricos”.

Uno no está desligado del momento en que le tocó vivir. ¿Es necesario conocer la historia para entender a los personajes?

Claro. Mauro Larrea lo pierde todo precisamente por circunstancias históricas. Las decisiones que toma, a lo largo de la narración, vienen por coyunturas del momento que le tocó vivir.

¿Por qué escogió ese momento histórico para Mauro Larrea?

Yo quería escribir un libro sobre el comercio del vino en Jerez, esa era la chispa inicial.

”Estuve investigando sobre el esplendor del comercio del vino y esa época, la segunda mitad del siglo XIX, fue boyante. Ahí fue cuando supe que algunas bodegas jerezanas fueron establecidas gracias a los capitales de regreso o indianos: dinero de españoles que habían venido a América, hicieron fortuna y, una vez que se independizaron las colonias, volvieron a su país e invertieron en algo rentable como el vino.

”Entonces, como esas fortunas venían de América, me vine a investigar cuáles eran las tensiones en la época de Benito Juárez en México y la Guerra de Secesión en EE. UU.; es ahí cuando me quedo con el año de 1861.

”Un dato me lleva a otro. No es que diga: ‘venga, me sirve cualquier año’, sino que llego al año por un efecto dominó”.

 

María Dueñas saltó al éxito editorial con su novela “El tiempo entre costuras”. Esta semana, la escritora está de visita en Costa Rica para presentar su obra “La Templanza”. | MAYELA LÓPEZ 

 

Los suyos son personajes de ficción en contextos reales, diferentes a otros autores que sí utilizan personajes reales para sus novelas. ¿Por qué la decisión?

Meterme en la piel de un personaje histórico me da miedo, porque no sé hasta qué punto es legítimo manipularlo para acomodarlo a tus necesidades.

”En El tiempo entre costuras hay algunos personajes históricos, como Juan Luis Beigbeder, Rosalinda Fox y Ramón Serrano Suñer. Con ellos intenté ser lo más fiel posible, no me gustaba la idea de manipularlos a mi antojo. Me parecía que era irrespetuoso hacia ellos. Con sus glorias y sus miserias, sus luces y sombras, ellos tienen su destino y no soy quien para meterme”.

Los tres libros coinciden en que conllevan un proceso de migración desde España.

Sí, es cierto. Parto desde España porque es mi mundo, me parece el camino más sensato.

”Sí que me gusta la idea de gente en movimiento, sobre todo ponerla en movimiento con territorios, ambientes y paisajes donde ya ha habido movimientos.

”Cuando me llevo a Sira a Marruecos es porque ahí habían cientos de españoles y con Mauro Larrea o Blanca Perea es lo mismo.

”Ese movimiento de ir y venir de un sitio a otro, ha sido constante. Lo que he querido es revisitar donde ya otros han ido, pero con una mirada nueva y personajes que tomen sus propios pasos”.

¿Hay una búsqueda de dónde se viene para explicarse por qué se está aquí?

En cierta manera, sí. Aprendiendo cómo fueron esos mundos, esos contextos y esas circunstancias, comprendemos muchas cosas de comportamientos. Al poner a los personajes en movimiento, ellos se van encontrando a sí mismos.

”Mauro Larrea descubre, con sus casi 50 años, cosas de sí mismo con las que ya no contaba: la capacidad de volverse a enamorar, cómo actuar de cierta manera cuando las circunstancias lo obligan.

”En Sira Quiroga vemos cómo va haciendo ese tránsito entre una chica a una mujer.

”Blanca Perea viene de la estabilidad de una vida que termina estallándole por los aires y de pronto se tiene que reinventar.

”Son procesos que impulsan el avance de la acción, pero son redescubrimientos de la vida interior de los personajes”.

Además, los suyos son personajes en situaciones límite.

Sí, exactamente. Me gusta ponerlos así, porque me parece que todos somos capaces de mucho más de lo que creemos.

”Si nos plantean un desafío en frío, todos decimos ‘no voy a poder con eso’, pero cuando te ponen en el borde del precipicio, te das cuenta de que sí.

”Eso es lo que me gusta hacer con los personajes, que se asomen al precipicio y digan ‘no sé si voy a poder, pero lo voy a intentar’. Me gusta que los personajes saquen ese coraje, esa fuerza que llevan dentro”.

Noticia publicada en: LaNacion.com